El gigante negro de Manchester es indudablemente el icono más idolatrado de la escena de clubs. Comenzó su carrera de apóstol del baile con tan sólo quince años, pinchando rare grooves, electro y hip hop antes de recibir la bofetada llamada 'Acid Trax' de los de Chicago Phuture, y por supuesto tender la otra mejilla con mucho gusto al movimiento acid house y a las celebraciones mesiánicas de las raves de finales de los ochenta. Allí fue donde se forjó una sólida reputación de enterntainer de masas. Su primera incursión en el mundo de la producción llegaría en 1991 con el maxi 'I Want You' en el sello Perfecto de Paul Oakenfold. El éxito fue tan rotundo que llegó a aparecer en el mítico programa Top Of The Pops. Pero cuando la mayoría de los productores de música de baile vendieron su alma al mainstream -trance, progressive house-, Carl prefirió convertirse al underground y predicar el techno menos previsible.

En 1995 funda el sello Ultimate Music y se alza al Top 1 de los djs mejor pagados del mundo. Su conmemoración del nuevo milenio fue de las más sonadas, ya que consiguió pinchar en Sydney para luego atravesar medio mundo en jet privado y oficiar en Hawai. Muchos de sus fans no se extrañarían en verle caminar sobre las aguas... Ahora dirige a medias con Dj C1 el sello Intec, dedicado a repartir maxis de techno, hard techno o tech-house demoledor de la mano de Oxia, Bryan Zentz, Valentino Kanzyani o el madrileño Leandro Gámez, entre otros. Y con todo eso, las páginas de su agenda para 2006 siguen llenándose de citas y proyectos: su residencia anual en el Space de Ibiza, un faraónico tour por Suramérica, su columna mensual en el Muzik inglés (una de las más leídas de la revista), además de animar 'Global', su programa de radio en la world wide web. Ubicuo, federalista y superlativo: Carl Cox es, definitivamente, el paradigma del techno-evangelizador.